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Ciencia ciudadana

En 2013 se pone en marcha la Red de Vigilantes Marinos, una iniciativa de compleja articulación ya que desde un principio vincula a más de medio millar de buceadores comprometidos con la conservación de los fondos marinos llegando, en 2022, a movilizar y trabajar con más de 2.500 de estos concienciados voluntarios.

Desde entonces, esta Red lleva luchando contra el grave problema ambiental que suponen las basuras marinas. Un proyecto que ha traspasado fronteras, actuando desde hace dos años en Colombia, Brasil, México, Perú, Marruecos y Cabo Verde. Es la mayor red de buceadores solidarios con el medio marino que existe en el mundo.

Gran parte de los buceadores que componen la Red, tienen formación académica en biología, ciencias ambientales o afines, lo que ha facilitado enormemente que las actividades este tejido de voluntariado hayan crecido cuantitativa y cualitativamente pues las nuevas ideas y acciones se suceden de forma rápida y natural. Por otra parte, la Red está dirigida en gran parte por profesionales de los medios de comunicación, facilitando de manera sorprendente la transcendencia de cada actividad realizada en una infinidad de medios. La difusión en prensa escrita, radio y televisión de cada limpieza de fondos organizada por de la Red de Vigilante Marinos ha sido muy superior a cualquier actividad de voluntariado acometida por cualquier otra entidad.

Desgraciadamente la mayoría de las acciones medioambientales llevadas a cabo en nuestro país por asociaciones o entidades pequeñas o medianas rara vez tienen repercusión mediática ya que habitualmente no cuentan con planes de comunicación pues no suelen o no pueden destinar recursos para ello.

Además de multitud de acciones puntuales, cada año organizamos dos iniciativas multitudinarias, una a mediados de junio y otra a finales de septiembre o principios de octubre, en las que realizamos simultáneamente en un fin de semana entre 40 y 50 limpiezas de fondos marinos y entornos costeros en distintos enclaves de nuestra geografía nacional, sumándose además el resto de enclaves internacionales. Son miles los voluntarios los participantes en estas iniciativas.

En nuestras limpiezas participan buceadores que recogen residuos en fondos someros, mientras otros voluntarios realizan limpieza simultánea por la línea de playa. Se suman a nuestras limpiezas asociaciones ecologistas, centros educativos, personas con discapacidad, Ejército, Guardia Civil, etc. Colaboran ayuntamientos y otras administraciones.

No es solo una acción de limpieza, sino un proyecto mucho más completo…

LA RED DE VIGILANTES MARINOS ES TAMBIÉN CIENCIA CIUDADANA

Todos los residuos que los voluntarios de la Red retiran de los fondos marinos y entornos costeros, son separados por categorías y contabilizados. Los datos obtenidos en cada campaña se incorporan a la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica. Para ello, se emplea la aplicación móvil MARNOBA, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services, una plataforma que recopila, almacena y muestra información sobre las basuras marinas de las costas españolas en cuanto a tipología y origen con el objetivo de confeccionar planes futuros que mitiguen esta problemática.

Además de esta vertiente dentro de la llamada Ciencia Ciudadana, otro de nuestros objetivos fundamentales es la concienciación y sensibilización de la sociedad y especialmente de los más pequeños. Además de la repercusión mediática de las limpiezas con la que llegamos a cientos de miles de personas, en cada punto de limpieza participan centros educativos de la zona, de forma que estos jóvenes participen en la limpieza de su localidad. También a ellos se les enseña a categorizar los residuos in situ y reciben charlas de concienciación con apoyo del material audiovisual y fotográfico generado en las actuaciones previas.  Entre 2019 y 2022 se realizaron más de 1.500 charlas en colegios y Centros Educativos.

En 2019 dimos un paso más creando el “Proyecto Rederas”. Para la retirada de los residuos que flotan en el agua o que se depositan en los fondos someros, los buceadores de la Red de Vigilantes Marinos han utilizado redes recicladas confeccionadas por las que son, posiblemente, las últimas rederas españolas. Estas mujeres confeccionan para nosotros un millar de bolsas cada año a partir de redes a la deriva que recuperamos durante nuestras campañas o simples redes en desuso. Los voluntarios las utilizan posteriormente para liberar nuestros mares de plásticos, latas, vidrios y otros residuos a la vez que se genera trabajo a grupos de mujeres en desempleo y se recupera un oficio artesanal que está desapareciendo. Una nueva vida para estas redes que de nuevo volverán a pescar, aunque esta vez no serán peces.

En 2019 fuimos galardonados con el prestigioso premio de Salvamento Marítimo a la mejor iniciativa de sensibilización para la conservación de nuestros mares.

La vertiente social de la Red de Vigilantes Marinos vuelve a crecer en 2020 y por tercer año consecutivo, Pescanova colabora con nosotros permutando los kilos de residuos que logremos retirar del mar, por kilos de comida que donará a la Federación Española de Bancos de Alimentos. Desde entonces hemos logrado donar a los bancos de alimentos españoles más de 90 toneladas de comida destinadas a las familias que se encuentren en situación de vulnerabilidad.

Por este motivo en 2022, Oceánidas recibe el Premio “Espiga de Oro”, otorgado por la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), por nuestra aportación y apoyo a esta institución que trabaja para mejorar la calidad de vida de las familias y personas en situación de extrema necesidad.

En 2023, Oceánidas comienza un nuevo y ambicioso proyecto que llevará a la práctica gracias a la infraestructura de la Red de Vigilantes Marinos con sus más de 2.000 buceadores y clubes de buceo. Es un proyecto de Ciencia Ciudadana llamado “Save Little Big Seahorse”. Los caballitos de mar son una de las especies más bellas y mágicas de los fondos marinos y también una de las más amenazadas.  A lo largo de nuestro litoral apenas quedan pequeña poblaciones y colonias aisladas. Su hábitat, comunidades vegetales como la Posidonia oceánica o la Zostera marina, se ha reducido tanto que se están viendo literalmente desahuciados convirtiéndose en una especie sin hogar que a menudo podemos encontrar aferrados a la basura marina o artes de pesca abandonadas para sobrevivir.

Además, en la actualidad, el caballito de mar no se encuentra incluido en el catálogo español de especies amenazadas debido fundamentalmente a la falta de datos y estudios, tanto técnicos como científicos, que demuestren la situación de esta especie, por lo que uno de los objetivos del proyecto es conseguir los datos suficientes para que puedan ser catalogados como especie amenazada y se beneficien de los protocolos en cuanto a protección y conservación aplicados a esta clasificación.

Durante este primer año abarcaremos las siguientes fases:

  • Localización de las poblaciones existentes.
  • Delimitación del área que ocupan y censo poblacional.
  • Establecimiento de medidas de protección y conservación.
  • Seguimiento de la evolución y la efectividad de las medidas adoptadas.
  • Comunicación, sensibilización y educación social especialmente enfocada a los más jóvenes.

 

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